TINTÍN EN EL CONGO
El cómic de tintín en el Congo es juzgado por un ciudadano y
llevado a juicio por motivos racistas. Considera que el cómic hace apología a
la colonización y se convierte en un insulto hacia las personas de color.
No es la primera vez que este cómic recibe críticas, puesto
que también ha tenido polémica en EEUU, Francia, Suecia y el Reino Unido.
La primera edición dio lugar en 1931, época en la que el
Congo era colonia belga. Los congoleses son representados como personas
idiotas, vagas, incivilizadas e incapaces de hablar adecuadamente. De esta
manera, en las escenas cómicas destaca la superioridad del hombre blanco sobre
el hombre negro o de color, así pues manifestaban la colonización que sufrían
en esa época.
El objetivo de las críticas es que se prohíban estos cómics
a los menores al menos sin la supervisión de un adulto. Haciendo constar
incluso que serían más positivos si fomentasen la inclusión de cualquier
persona independientemente del color de piel.
Como podemos comprobar en las escenas siguientes, Tintín
ordena a un grupo de hombres de color que levante una locomotora que él mismo
había descarrilado tras chocar con un automóvil. Aquí muestra claramente que
para él son personas inferiores y además, criados.
El autor reconoce haber escrito dicha obra cuando solo tenía
23 años y no había visitado nunca el Congo, pero que se basó en los prejuicios
que existían en esa época de cara a las personas de color.
A pesar del contenido racista, la obra fue traducida en 80
idiomas y vendida más de 230 millones de ejemplares en todo el mundo.
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